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Cómo afrontar la desvinculación de nuestros equipos

22/02/2024
Ana Alonso Recio

La vida está llena de ciclos, de momentos y de oportunidades que se abren, tienen su evolución y desarrollo durante un tiempo y por último finalizan. El ciclo de vida del empleado/a dentro de una compañía forma parte de estos momentos que vivimos, en mayor o menor medida, a lo largo de nuestra vida profesional.

 

Desde el momento de la atracción y reclutamiento, onboarding, desarrollo profesional, retención y finalmente desvinculación, cada vez son más las compañías que ponen especial foco en la experiencia del empleado/a, desde el primer contacto que existe entre esa empresa y el futuro colaborador, hasta que este finaliza su ciclo.

 

Y si todas estas fases tienen una gran importancia, es cuando se produce el fin de la relación laboral con el colaborador, cuando las organizaciones tienen el desafío de estar a la altura.

 

Son diferentes los motivos por los cuales se llega a esta fase final de ciclo, pero seguramente el más crítico es cuando la compañía decide poner fin a la relación contractual. Ser capaz de comunicar de una manera clara, sencilla, directa, respetuosa y responsable a una persona, que debe salir de la empresa, es aún todavía, la asignatura pendiente de muchas compañías.

 

Una comunicación clara y sencilla, a la hora de transmitir el motivo que origina esta desvinculación, es lo más recomendable, sin el uso de palabras incomprensibles o demasiado técnicas y/o legales.

 

Una comunicación directa, sin rodeos o conversaciones previas que alarguen ese momento.

 

Una comunicación respetuosa, en la que se entienda que el verdadero protagonista es la persona que está siendo afectada y las emociones que pueda sentir.

 

Y, por último, una comunicación responsable, siendo capaz de tomar conciencia de que, en esos momentos, es la compañía la que habla, a través de la persona que está comunicando.

 

El mánager es la figura que tiene especial protagonismo y relevancia en este cierre de ciclo al comunicar a su colaborador el fin de la relación laboral.

 

Ser mánager no es fácil y seguramente este será uno de los momentos más complicados que tendrá que afrontar dentro de su rol. Aceptar ser mánager es firmar un invisible contrato de liderazgo compuesto por cláusulas que dotan de una serie de derechos y obligaciones, pero también compuesto, como todos los contratos, de letra pequeña, que a veces se olvida leer. Y es en este momento tan crucial, donde la accountability del mánager y su responsabilidad, revela todo el sentido y peso de la palabra.

 

Quien mejor que el mánager para comunicar la desvinculación a esa persona, y al hablar de mánager, nos referimos a esa persona que comparte el día a día con el colaborador, que le conoce, que ha vivido con él distintos momentos laborales, quien mejor que ese mánager para ayudar a su colaborador a cerrar el ciclo.

 

Esta comunicación debe prepararse sabiendo qué se va a decir y cómo se va a decir y en que entorno se va a hacer, sin dejar nada a la improvisación, tomando conciencia de la importante tarea que tenemos entre manos. El mánager deberá asumir una enorme generosidad en su tarea pudiendo poner en un segundo plano sus emociones y sentimientos para darle todo el espacio de protagonismo y respeto a la persona que sale.

 

Firmeza, respeto, empatía hacia las emociones que puedan florecer en la otra persona y sobre todo responsabilidad con su rol, son los componentes que deben estar presentes en un mánager a la hora de comunicar estas decisiones.

 

Y si es esencial comunicar desde la conciencia más absoluta a la persona que sale, igualmente crucial es mantener una comunicación abierta y tener una puesta a disposición con los equipos que se quedan. A veces son los grandes olvidados, y sin lugar a duda, también necesitan atención en esos momentos de incertidumbre. Mantener reuniones de manera individual o grupal acorde a como demande el equipo y, sobre todo, estar presente y accesible permitirá al mánager ayudar a gestionar el cambio que se ha producido en su área.

 

Como decía la poetisa y activista por los derechos civiles Maya Angelou, “He aprendido que la gente olvidará lo que dijiste, la gente olvidará lo que hiciste, pero la gente nunca olvidará cómo les hiciste sentir.”